ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
El presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, tomó una determinación política que habrá de tener consecuencias, al aceptar la precandidatura que su corriente Nueva Mayoría le ofrece para ir en busca de la senaduría acompañado de la secretaria general del CEN del PRD, Beatriz Mojica Morga.
La primera de esas consecuencias es la formalización de su abandono a la idea de buscar la reelección en la presidencia municipal de Acapulco, que era el movimiento que mucha gente estaba esperando, hasta que se le empezó a ver en actividades fuera del municipio, ya en Teloloapan, en Petatlán –donde virtualmente fue destapado por primera vez y de manera informal- o en Chilpancingo.
El solo hecho de dejar en claro que tiene la intención de buscar otro cargo de elección popular, al revés de quienes están en la misma circunstancia pero insisten en que por ahora su interés es servir desde el cargo que tienen, implica que hay que pensar en quién habrá de sucederlo cuando tenga que pedir licencia en la alcaldía, lo cual según los tiempos electorales, tendría que ser entre enero y febrero.
Su suplente formal es Giovanni Manrique, quien fuera secretario particular del ex gobernador interino Rogelio Ortega Martínez, y hombre de las confianzas de Velázquez Aguirre hasta que se supo que su esposa aparecía como socia en la empresa que edita el blog Bajo Palabra, que ha dado una férrea campaña de ataques al alcalde para obligarlo a suscribir un convenio de publicidad.
La ruptura con Manrique ha llevado a la teoría de que su sucesor interino podría ser el actual secretario General de Gobierno, Daniel Meza, aunque algunos miran hacia el secretario de Desarrollo Social, Octavio Olea Apátiga, pero definitivamente nadie apunta hacia el suplente Manrique. Quien sea el interino, podría ejercer durante alrededor de siete meses la presidencia municipal.
El otro punto interesante es el siguiente: si Evodio Velázquez era el aspirante más visible para la alcaldía, al ya no estar él en esa competencia, ¿quién podrá ser el candidato del PRD?
Por la razón que sea, han sido pocos perredistas quienes han manifestado algún interés en la presidencia municipal del puerto en este partido. En una conferencia de prensa el 30 de junio pasado, el dirigente Óscar Chávez Rendón expresó su apoyo y el de su corriente, Izquierda Democrática Nacional (IDN), a Abelina López Rodríguez para ser candidata a la alcaldía, sin embargo ella apareció ya en Morena –partido al que se fue la dirigencia de esa corriente-, como aspirante a una diputación, lo cual se supone que la descarta para ser abanderada para la alcaldía en el PRD. Otra mujer que podría aspirar a la candidatura perredista, la ex diputada federal Rosario Merlín, también se fue a Morena, donde ya está en la lista de aspirantes al Congreso.
Alguien que ha planteado su interés desde siempre, al menos desde que comenzó esta administración, es el diputado federal David Jiménez Rumbo. Amigo del gobernador Héctor Astudillo, ex senador, personaje controvertido, dirigente de la corriente perredista Grupo Guerrero, Jiménez Rumbo empezó hace poco una campaña publicitaria a través de anuncios espectaculares ofreciendo un combate frontal al cobro de piso y a la extorsión, dos males que mantienen en jaque a la seguridad y a la economía en Acapulco, y fue recibido en el juego político con la exhibición de un viaje con su familia por Egipto.
Tal vez Jiménez Rumbo iría en solitario de no haber hecho su aparición otro personaje: el ex diputado federal Víctor Aguirre Alcaide, dirigente de la Unidad de Izquierda Guerrerense (UIG), evidente líder natural en la base que quedó del Movimiento Nacional por la Esperanza tras el éxodo de sus dirigentes nacionales a Morena, y presidente de la asociación civil Por Acapulco Hagamos Más.
Aguirre Alcaide es un acapulqueño que creció en Rena y la Zapata, pero estudió en Chilpancingo y vivió por varios años en La Montaña, donde tienen origen sus ancestros, y fue a aquellas tierras a las que representó en el Congreso.
Sin embargo, regresó hace poco a Acapulco, y en las elecciones de 2015 buscó ser candidato a diputado federal por el distrito 9. La crítica más recurrente que encontró a su paso fue, curiosamente, que se le identificaba como alguien proveniente de otra región que quería representar a Acapulco. Lo que sus críticos no sabían es que él es nacido no solo en el puerto sino precisamente en el distrito por el que estaba compitiendo.
Salvado ese escollo, la figura de Aguirre Alcaide ha ido en un crecimiento paulatino, pero no solo eso: es la única figura dentro del PRD que ha ido en crecimiento, precisamente porque es quien empezó desde cero. El ex diputado también sembró anuncios espectaculares con su imagen y el nombre de su asociación, como para mostrar que tiene el interés de participar, y ha estado visitando las colonias en un trabajo a ras de suelo, pero también se ha reunido con empresarios y asociaciones civiles.
Es amigo del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. Una anécdota cuenta que cuando a Aguirre le preguntó la dirigencia nacional del PRD por sus familiares en cargos de su gobierno, el entonces mandatario contestó que Víctor se apellidaba Aguirre, pero desafortunadamente no era de su familia.
Hay alguien más que intenta hacer ruido al interior del PRD, una extraña voz que machaca que si Evodio Velázquez no busca la alcaldía –lo que ya quedó claro-, entonces él la buscaría. Es el ex diputado local Rubén Figueroa Smutny, pero en realidad este caso, aunque no parece estar en condiciones reales de participar en el sol azteca en esta contienda, merece ser tratado aparte.
Por lo pronto, la moneda ya ha sido lanzada.