* «La marcha ejidal nos ha vuelto a unir», se congratula comisario
HERCILIA CASTRO /
Zihuatanejo, 11 de junio de 2017. Los ejidatarios marcharon nuevamente, esta vez por 14 vez en el mismo lugar, el Centro Integralmente Planeado (CIP), Ixtapa, en exigencia de las 480 hectáreas que jamás les pagó Fonatur del decreto de 1973.
Pero ahora los vecinos de estos los acompañan, no solamente los familiares, y también los estatales acompañan desde lejos a los ejidatarios, les toman fotos, esperan a ver qué hacen; como esperando empuñen los ex campesinos ancianos un machete, para tener pretexto y reprimir.
Pero no, la marcha sale en calma, cada vez aumenta el número de manifestantes, la manifestación se homologa poco a poco, y la gente en Zihuatanejo comienza a preguntarse por qué marchan los ejidatarios.
Incluso, en los medios locales se habla de la manifestación de los afectados, a quienes a 44 años el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), no les ha pagado 20 por ciento de las tierras expropiadas donde ahora están, lujosos hoteles a los que solamente se puede acceder pagando.
“Yo pienso que debemos cambiar de actividad, hacer algo nuevo para que no se aburran los compañeros”, comenta el presidente del comisariado ejidal Jorge Luis Reyes López.
“Pues yo no los veo nada aburridos», responde un joven sucesor.
Los ejidatarios van echando relajo, ven a los reporteros y piden salir “¡en primera plana, eh!”.
“Que se diga que aquí van los Orozco, y los Valle, también los Valle”, gritan eufóricos.
Van con sus pancartas de reclamo, con sus niños en carriolas, o cargados en los hombros ya con la playera puesta con la leyenda: Zihuatanejo, el paraíso robado por Fonatur 1973-2017.
Reyes López opina que le da satisfacción ver el cambio emocional en los ejidatarios “los veo más animados, antes en las asambleas, ya ni se enteraban de quién moría, como que les daba igual todo, y ahora los veo animados, con esperanza, como si recuperaran la fuerza y la identidad”.
Y al referirse a identidad, Reyes López hace alusión a cuando los ejidatarios tenían tierras para cosechar y ganado, además, de dedicarse posteriormente a la pesca.
Pero fue por el proyecto La marcha al mar, del ex presidente Adolfo Ruíz Cortines que se empiezan a modernizar los caminos, y decía en su discurso que el mar se tenía que aprovechar por todos sus recursos. Fue entonces cuando se proyectó la construcción de un muelle para Zihuatanejo.
Para 1973, la mirada sobre Zihuatanejo era para desarrollarlo turísticamente, pero sin la identidad campesina, por lo que el 1 y 2 de febrero de ese año, se expropian las 480 hectáreas, que hasta la fecha, no les han pagado.
Los ejidatarios más grandes, que han visto la bonanza y ahora la debacle del puerto, pasan de los 82 años, sus hijos, nietos y bisnietos los acompañan.
Marchan a paso lento primero por un carril, hasta que se adueñan del bulevar de Ixtapa, van felices, algunos llevan bastón, pero logran caminar cerca de un kilómetro y medio, entre ida y vuelta, mientras otros de sus compañeros que ya no pueden caminar por los años acumulados en los huesos, les esperan sentados.
Pero seguirán marchando, hasta lograr que Fonatur les pague el adeudo de hace 44 años.