MURIEL SALINAS DÍAZ[1]
El día de ayer, 8 de noviembre de 2017, el Consejo General del INE aprobó las siguientes medidas para el registro candidaturas al senado y la cámara de diputados:
- Que la lista de representación proporcional de candidaturas al senado sea encabezada por mujeres.
- Garantizar la paridad vertical y horizontal en las fórmulas de mujeres en mayoría para el senado.
- Al menos dos de las 5 listas de representación proporcional para diputaciones deberán ser encabezadas por mujeres.
- Los partidos políticos deberán postular 6 mujeres y 6 hombres en 12 distritos indígenas de los 28.
- La auto adscripción indígena es el único requisito.
Los representantes partidistas se manifestaron en contra de estas medidas, argumentando que el INE se está excediendo en sus facultades, pues se vulnera, según ellos, la “autodeterminación” de los partidos políticos para decidir de manera interna los mecanismos para cumplir con la paridad.
Los representantes de los partidos políticos rechazaron las medidas e hicieron gala de las marcadas resistencias que prevalecen en el sistema de partidos frente al mandato constitucional de la paridad de género. Esto, debido a que las medidas propuestas por el INE incluyen acciones afirmativas[2] cuya finalidad es garantizar la igualdad de resultados[3] mediante la aplicación del principio de paridad de género en su más amplio sentido, y garantizar el acceso de las mujeres indígenas a las candidaturas a cargos electivos en al menos 12 de los 28 distritos electorales, por ejemplo.
El representante del PAN, Eduardo Aguilar, en su intervención dijo que estas medidas “se hicieron a destiempo”. Luego, tiró al piso la Constitución, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y el Reglamento de Elecciones, y dijo: “entonces lo que voy a hacer en este momento… la Ley electoral, la Constitución y el reglamento de elecciones los voy a tirar y voy a esperar a que me sigan emitiendo acuerdos todo el tiempo que modifiquen reglas del juego con base en temas que son extraordinarios en la propuesta”. Así como lo leen y escuchan. Cualquier ciudadana o ciudadano puede ver el video de esta sesión del INE en Youtube y ser testigo de semejante berrinche.
Ciro Murayama planteó que el INE, como autoridad electoral, “tiene límites” y se los da la ley: “La ley es mi piso, pero también es mi techo”. Con lo que avaló la postura de los partidos políticos contra las medidas propuestas por el Consejo General. Dijo también que era innecesario “ir más allá” de lo que dice la ley, echando por la ventana el principio pro persona instituido en el artículo 1º Constitucional, que cuando es de la conveniencia de los intereses patriarcales, los señores piensan que bien pueden obviarlo.
Murayama dijo que, si los partidos políticos “incumplen” el criterio de la paridad en el registro de candidaturas indígenas, se eliminarían 12 candidaturas como castigo: “Nos volveríamos en autoridades que empiezan a exterminar candidaturas que cumplen con todos los requisitos constitucionales. Entonces la autoridad se convierte en parte de los problemas y no parte de las soluciones”.
Finalmente, con 7 votos a favor emitidos por las y los consejeros Lorenzo Córdova, Pamela San Martín, Benito Nacif, Adriana Favela, Beatriz Zavala, Dania Ravel y José Roberto Ruiz, y 4 votos en contra que fueron emitidos por los consejeros Enrique Andrade, Marco Baños, Ciro Murayama y Jaime Rivera. El Consejo General del INE aprobó estas medidas que los partidos políticos deberán acatar para el registro de candidaturas al Congreso de la Unión en el presente proceso electoral.
Todos los partidos políticos, excepto Nueva Alianza, se pronunciaron contra las medidas aprobadas. El representante del Partido Verde, Jorge Herrera, advirtió que los partidos impugnarán ante el TEPJF.
La Consejera Adriana Favela fue clara: los partidos políticos aún están a tiempo de ajustar sus mecanismos internos para cumplir con el mandato constitucional de la paridad y los criterios establecidos por el INE.
Las medidas afirmativas aprobadas por el INE para garantizar una aplicación de la paridad en su sentido más amplio y, sobre todo, garantizar la participación de las mujeres indígenas en pie de igualdad son fundamentales porque contribuyen a que el Estado Mexicano cumpla, con un alto sentido de responsabilidad democrática, a las recomendaciones emitidas por la CEDAW en materia de derechos políticos de las mujeres indígenas, así como a los compromisos adoptados en el Consenso de Quito y el Consenso de Brasilia, entre muchos otros instrumentos internacionales suscritos por nuestro país en la materia.
Ojalá que los partidos políticos reparen en esto. Que reflexionen y saquen un saldo educativo de las sentencias que emitió el TEPJF y las jurisprudencias en la materia, que fueron contundentemente favorables a la paridad de género en 2015.
Es inverosímil escuchar a los representantes de todos los partidos diciendo cosas como que “no hay mujeres preparadas para ser candidatas, y mucho menos mujeres indígenas.” Me encantaría que escucharan lo que podrían responderles compañeras indígenas cuyos liderazgos políticos son de gran envergadura, como Martha Sánchez Néstor, como Hermelinda Tiburcio Cayetano, como Valentina Rosendo Cantú – todas ellas guerrerenses, por cierto-, o como la oaxaqueña Eufrosina Cruz Mendoza y la compañera chiapaneca Rosa Pérez, alcaldesa de Chenalhó, y muchas, muchísimas mujeres indígenas más que han trabajado toda su vida en la construcción de la democracia de este país.
Me gustaría contarles cómo los propios partidos políticos que ahora dicen que “no hay mujeres, y menos mujeres indígenas”, en procesos electorales anteriores han cerrado las puertas a muchas compañeras indígenas para ser candidatas. Es mentira que “no quieren participar”. En algunos casos las postularon y luego las dejaron solas. En otros casos, la mayoría, permitieron que se las violentara a tal grado durante sus campañas electorales, que algunas abandonaron las candidaturas, temiendo por su integridad. Otras se defendieron en los tribunales. Pero en todo caso, esto también es responsabilidad de los partidos políticos. Entonces, no vale que ahora se hagan los pobres desprovistos de mujeres indígenas para hacerlas candidatas. Porque claro que las conocen. Claro que saben dónde están y qué están haciendo. Y claro que pueden ganar sus distritos si reconocen los liderazgos políticos genuinos de las mujeres en todas partes donde las hay, y en lugar de postular a sus novias y parientas, abren realmente los espacios a los liderazgos de las mujeres que están participando activamente en la vida democrática.
Entonces tengamos memoria histórica. Sí hay mujeres capaces y competentes para ser candidatas al Congreso de la Unión. Guerrero tiene mujeres indígenas con liderazgos políticos y trayectorias muy sólidas y vigorosas. El problema, señores, nuevamente, no somos las mujeres: cada vez que salen a manifestar sus resistencias a la paridad de género y que manifiestan posturas donde dejan ver que consideran la presencia de las mujeres en el poder como una pérdida, hagan de cuenta que todo el país los observa como el niño que grita al protagonista del Traje Nuevo del Emperador cuando hace su gran paseo: “¡No trae nada!”. Ojalá rectifiquen. Están a tiempo de hacer bien las cosas.
[1] Integrante de la Red de Mujeres en Plural y Coordinadora Estatal de la Red para el Avance Político de las Mujeres Guerrerenses.
[2] Las Acciones Afirmativas son medidas compensatorias, de carácter temporal, orientadas a acelerar los cambios para equilibrar las asimetrías o desigualdades entre mujeres y hombres y erradicar la discriminación hacia las mujeres o determinados grupos específicos de mujeres que se encuentran en una condición o posición más marcada de desigualdad y discriminación. Estas medidas pueden ser retiradas o suprimidas una vez logrado el objetivo del equilibrio.
[3] “… el concepto de igualdad que establece la CEDAW no implica la necesidad de igualar a las mujeres con los hombres, sino que es una igualdad en el reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos humanos de ambos. Esta nueva forma de entender la igualdad incluye la igualdad de facto y la igualdad de jure, la igualdad de oportunidades, la igualdad en el acceso a las oportunidades, y la igualdad de resultados, así como la eliminación de todas los prejuicios, costumbres o tradiciones que se basan en la idea de la superioridad del sexo masculino.” Cita de Alda Facio, en La Igualdad en la CEDAW, 30 años de desarrollo de un derecho clave para las mujeres, 2009.