*El penalista sostuvo que es la falta de valores la responsable de la violencia
*El sistema jurídico en México en manos de ignorante, sostuvo
VERÓNICA CASTREJÓN ROMAN /
Acapulco, 19 de febrero de 2020. Dicharachero, derrochando bonhomía, el presidente del Tribunal Universitario de la UNAM, Eduardo López Betancourt, tuvo de todo y para todos en el Grupo ACA en donde fungió como invitado de honor: propuso la pena de muerte para torvos asesinos de niñas porque las cárceles ya demostraron que no sirven; el decomiso de bienes para criminales de cuello blanco y de los otros, y demandó la salida de partidos políticos de la Universidad Autónoma de México “porque quieren mangonearla”.
Jocoso, en medio de una apresurado y enérgico caudal de palabras con las que presumió ser amigo personal del ex presidente Luis Echeverría Álvarez: “quiso que yo fuera gobernador de Guerrero, pero no tuve la edad”.
Se jactó de haber salvado la vida del ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Rosalío Wences Reza, varias veces, porque Rubén Figueroa no lo quería “y así terminé mi relación con el ese asesino”, en cuyo gobierno fungió como secretario de Gobierno, y lo calificó: “Viejo asesino, magnate del pueblo; no me importa que un día me encuentre con un submarino en la carretera; lo digo”, alardeó.
Ante un nutrido grupo de acasocios, algunos de los cuales demostraron su falta de cultura de género con comentarios como “la madre es la generadora de la cultura machista”, y que criticaron también a la madre por no obligar a los hijos varones a hacer “tareas femeninas” para generar igualdad en los hogares, el ponente soltó también una frase antifeminista y desgarradoramente psiconalítica: “El día que veamos a nuestra esposa como a nuestra madre, vamos a cambiar”.
Los cubiertos del desayuno chocaban en los platillos repletos de chilaquiles con huevo en el salón del hotel sede del Grupo ACA cuando López Betancourt expuso el tema Hostigamiento y acoso en general, laboral y sexual, con el desplante de quien enfrenta una acusación por acoso sexual –“sin pruebas”— como refutó después, ya en la entrevista con los representantes de los medios de comunicación, quienes lo cuestionaron sobre la acusación que le hace la abogada Lourdes Ojeda, quien fuera su alumna hace 20 años.
Pero ese tema no lo tocaron los representados de Melquiades Olmedo Montes. Ellos se dedicaron a buscar su postura en torno al magisterio, la falta de valores como causal de la inseguridad que vulnera al país entero, y se dejaron llevar por los caminos que el simpático conferencista quería: “No me molesta que me digas perro, me molesta el perro modo con que me lo dices”, soltó hilarante cuando habló de la importancia del lenguaje.
Al secretario de Educación federal, Esteban Moctezuma también le tocó, pues según refirió no sabe lo que significa el ethos pedagógico, “me dio ternura Moctezuma”, dijo. Y es que Eduardo López Betancourt es un brillante abogado con una más brillante aún carrera académica, escritor de libros, varios doctorados y especialista en Civismo, del cual lamenta su ausencia en las escuelas.
Así en su ir y venir por varios temas, docto en todos ellos, sostuvo que en México el sistema jurídico está en manos de ignorantes, “hay un montón de abogados penalistas”, acotó con una sonrisa de oreja a oreja, “porque dan pena”, explicó, en medio de risas y carcajadas de los presentes.
Señaló que ante el debido proceso muchos delincuentes salen bien librados, “porque se van siempre por el lado de la presunción de inocencia, ¿y la presunción de culpabilidad, o sólo se interpreta lo favorable al delincuente?”, cuestionó.
Ya en la rueda de prensa con los periodistas, una reportera le preguntó si en el proceso que enfrenta por el señalamiento de acoso sexual, asumiría que se le juzgara desde la presunción de culpabilidad, y esta fue su respuesta:
“Es un tema que no tiene relevancia, ni tengo ánimo de menospreciar ningún proceso”, contestó, “en este momento mi preocupación es el Tribunal Universitario; sancionar a los acosadores, ese es mi trabajo”, recalcó.
Antes, había acusado a la diputada Lourdes Ojeda, su delatora, de haberlo denunciado como una estrategia política para desacreditar al Tribunal Académico que preside y que la querella en su contra es una falacia, producto de un señalamiento de un grupo político; “un tema al que no le doy relevancia, que está en un proceso judicial en el que esa persona está acusada por mí por daño moral ante una acusación que evidentemente debe probarse”.
“En los casos sexuales, la palabra de la víctima cuando es mujer debe dársele valor pero con elementos probatorios. Sí estoy de acuerdo que una mujer hostigada no necesariamente tiene testigos ni los elementos probatorios fehacientes, pero su voz debe ser escuchada”, sostuvo Eduardo López Betancourt.
“Pero, si esa persona forma parte de un grupo político, no se puede menospreciar que hay intereses políticos y si esa persona está casada con un político importante, dijo, en clara referencia al diputado Alfonso Ramírez Cuéllar hoy presidente interino de Morena, entonces, recalcó, evalúe si está actuando con honestidad; pero eso no voy a hacerlo yo, ni usted, sino un juez el que tendrá que resolver en consecuencia”.
Al final pidió que se publicitara que su propuesta al Grupo ACA fue que solicitaran la creación de un centro profesional de estudios dependiente de la UNAM en Acapulco, petición a la que se comprometió a dar cumplimiento la Asociación Civil Acapulco.