* ¿Los que asumimos como indígenas hacemos periodismo desde nuestra convicción comunitaria o sólo reproducimos el discurso del Estado sin cuestionar el mensaje y servimos de voceros y mensajeros del poder económico y político? Tenemos que replantear nuestro compromiso con la comunidad y la comunalidad para construir nuestros propios medios donde hablemos nuestra lengua y cuestionemos a los intelectuales que construyeron el discurso nacionalista
KAU SIRENIO /
La construcción de identidad plurinacional mexicana se germinó desde el lenguaje de los actores de pueblos y comunidades indígenas, jóvenes universitarios que abrazaron su cultura no dudaron en aceptar su origen y su lengua materna. Varios de ellos incursionaron en el periodismo y empezaron a contar la historia de sus comunidades sin caer en el folklorismo, sin embargo, muchos de ellos volvieron a reproducir el discurso de la victimización desde el periodismo.
A este proceso, algunos intelectuales frezapatistas lo bautizaron como “periodismo indígena”, cuando los propios indígenas que ejercían el periodismo lo veían como tal. Es más, editores, redactores, fotógrafos de la vieja guardia son indígenas, pero nunca aceptaron su origen. A varios de ellos que conocí en Guerrero siempre negaron su pasado. Pero le gusta escribir y fotografiar las ferias comunitarias.
La definición suena interesante y podría considerarse como la inclusión de los indígenas en el periodismo. Sin embargo, esto no garantiza el ejercicio de buen periodismo comunitario. Que el periodista nazca y viva en un contexto indígena no significa tenga conciencia de su origen y la lengua materna que se hable en su comunidad, menos va a pensar en la comunalidad.
La construcción de un nuevo lenguaje en el periodismo es compleja y tiene varias aristas que debemos de contestar sin caer en la exclusión: ¿Es periodismo indígena porque lo ejercen los indígenas?, o lo llamamos así porque aborda temas relacionados con las comunidades, de ser así, es entonces periodismo indigenista.
Hablar de periodismo indígena es cuestionar acerca de su origen, trayectoria y naturaleza. Por lo tanto, tenemos que preguntar: ¿cómo se construye el periodismo indígena? ¿Por qué asumir una diferencia entre este tipo de periodismo y los tipos convencionales practicados en los medios de comunicación comerciales, públicos y comunitarios?
El periodismo es periodismo, no hay necesidad de ponerle nombre, lo que sí tenemos que hacer es ejercer el periodismo desde la cosmovisión y pensamiento indígena, sin reproducir el folklorismo, ni la victimización, en cualquier espacio donde un hablante de la lengua indígena esté.
La construcción de espacio para que los indígenas ejerzan el periodismo debe partir desde las universidades, para que el reportero no solo aprenda a formular las cinco preguntas o (las cinco W), el periodismo tiene que ir más allá. Los medios comerciales, debe de contar historias sin discriminar ni folklorizar a las comunidades indígenas.
Es lamentable cómo el proceso de blanqueamiento en el pensamiento indígenas avanza en las universidades, que ha borrado de tajo el pensamiento comunitario de los jóvenes de las distintas culturas que estudian ciencias de la comunicación con el fin de hacer lo que ellos creen que es el periodismo indígena.
Por otro lado, los medios públicos tienen que abrir sus espacios para que los hablantes de lengua materna diseñen contenidos desde la visión indígena. Que el periodismo radiofónico que se genere en esos espacios realmente vaya con la realidad de las comunidades indígenas y no se limiten a contar solo la historia de éxito de los indígenas, también deben de contar su tragedia y sus demandas de más de 500 años de colonización.
Mientras tanto, los medios comunitarios sólo llevan el nombre de comunitarios, pero en sí sus contenidos no se basan necesariamente en la visión de las comunidades indígenas, de hecho, estos medios reproducen contenidos en español y promueven la castellanización.
Ahora bien, la pregunta perenne es: ¿Los que asumimos como indígenas hacemos periodismo desde nuestra convicción comunitaria?, o ¿sólo reproducimos el discurso del Estado sin cuestionar el mensaje y sólo servimos de voceros y mensajeros del poder económico y político?
Luego entonces, tenemos que replantear nuestro compromiso con la comunidad y la comunalidad para construir nuestros propios medios donde hablemos nuestra lengua y cuestionemos a los intelectuales que construyeron el discurso nacionalista y perpetuaron la discriminación en el Estado mexicano desde el colonialismo.
Tomado de Pie de Página