* La magistrada advierte en Acapulco “una situación brutal”, pero, afirma es posible revertirla
* La inseguridad tiene profundas raíces que tienen que ver con la corrupción, la economía, los servicios, la falta de oportunidades para los jóvenes, advierte
* La eventual candidatura de López Obrador, señala, ha levantado otra vez la esperanza de la gente
* Para ver la pobreza extrema no hay que ir a La Montaña o a las cosas, en Acapulco se vive, indica
* Después de los tres primeros gobiernos del PRD, afirma, la gente se desencantó
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 01 de enero de 2018. Adela Román Ocampo sintetiza: “Yo sé que quien llegue a gobernar a Acapulco (tras las elecciones de este año), se va a sacar la rifa del tigre. No es fácil. ¿Quién piensa que va a estar fácil? No es fácil. Se requiere del concurso de la sociedad, de la mano con el gobierno, que haya un equipo de hombres y mujeres comprometidos, que la gente quiera verdaderamente organizarse, empoderarse. Donde la sociedad es fuerte, el gobierno es bueno; donde la sociedad es débil, el gobierno hace lo que quiere”.
En la sala de su casa en la colonia Morelos, donde ha vivido con su familia desde hace muchos años, la magistrada del Tribunal Superior de Justicia hace un balance del Acapulco que se vive en estos momentos.
Ya en otro tiempo, al principio del presente siglo, le tocó ser parte del gobierno municipal cuando participó como síndica procuradora del Ayuntamiento de Acapulco; después fue diputada local por el distrito V, correspondiente al área donde habita. Es una de las pocas mujeres que, desde una posición de izquierda, ha participado en los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, además de haber sido presidenta de la Barra de Abogados de Acapulco.
Lo admite: con la llegada de la izquierda al gobierno en el municipio “se crearon muchas expectativas”, pero “falló el partido, fallaron los gobernantes, gobernamos tres administraciones consecutivas, después retorna el PRI, después regresa el PRD con Movimiento Ciudadano y hoy, en este nuevo retorno del PRD, fue una sociedad completamente decepcionada”.
Pero, como reza aquella canción inmortalizada por Mercedes Sosa, ¿quién dijo que todo está perdido? “El gobierno que está todavía –dice Román Ocampo- tiene la oportunidad de hacer algo por Acapulco, y el que llegue, tendrá que sentar las bases para hacer algo mejor. Y si no se puede revertir drásticamente, sí se puede mejorar. Yo siento que debemos hacer en Acapulco un gran esfuerzo gobierno y sociedad. Tengo en lo personal la confianza de que Acapulco así como está puede salir de la situación en que se encuentra, lo que se requiere es que haya voluntad política, que haya compromiso”.
La pared de la casa de la familia Román Ocampo tiene un tono anaranjado, tenue, y en ella cuelgan figuras artesanales -soles, lunas, cajitas de Olinalá-, flores, fotografías. Destacan dos fotos de la magistrada con Andrés Manuel López Obrador, una de 2006 cuando él era Presidente Legítimo, y la otra tomada durante su reciente visita a Guerrero, en Taxco; y una imagen de la virgen de Guadalupe, venerada por su madre, María Elena Ocampo Ortiz.
“Acapulco vive una situación brutal. Es una expresión muy fuerte, pero así lo veo: con una economía muy pobre, la gente no tiene en este momento ninguna expectativa, la economía está estancada, no hay circulante, una gran mayoría de los comercios cerrada por los famosos cobros de piso, y eso tiene a la gente triste, decepcionada, preocupada por el futuro personal y de la familia”, dice de entrada.
En este trance, agrega, la sociedad acapulqueña perdió la confianza en sus instituciones y hay un hartazgo que no solo es local sino estatal y nacional, “y es que la gente se cansó de promesas vanas, se cansó de soñar sin ver nada tangible”.
-La sociedad en este contexto, ¿entró en un pasmo o algo así?
-Se crearon muchas expectativas con el PRD. Falló el partido, fallaron los gobernantes, gobernamos tres administraciones consecutivas, después retorna el PRI, después regresa el PRD con Movimiento Ciudadano y hoy, en este nuevo retorno del PRD, fue una sociedad completamente decepcionada. Pero también en cuanto surge en esta tercera ocasión Andrés Manuel López Obrador, aquí en Acapulco se está dando un fenómeno esperanzador, de que con él a la cabeza del país, las cosas pueden mejorar, pero sí, la sociedad acapulqueña cayó en un impasse, en una situación donde decían todos los gobiernos son iguales, nadie va a solucionar nada, no tenemos esperanza de nada, mucha gente empezó a irse, ante la inseguridad, ante la violencia, ante el cobro de piso, y en esa situación está. Pero de ahora que surge López Obrador como candidato a nivel nacional, la gente dice: es la oportunidad de que este país mejore, y si a nivel nacional tenemos un hombre comprometido con México, tendrá que ayudar al Sur y al Sureste, que son la parte más atrasada de nuestro país.
-El contexto de la violencia, ¿cómo lo ve?, es un fenómeno que ha golpeado mucho a Acapulco.
-Lo que nos ha metido en esta dinámica de violencia ha sido la enorme corrupción y la gran impunidad que hemos vivido. Y se puede empezar a combatir la impunidad y la corrupción elevando la calidad de vida, dándole certeza a la sociedad, de que debe uno sentirse seguro en su casa, de que debe sentirse seguro en su negocio, de que puede generar riqueza para vivir bien, con dignidad, pero además acompañada con medidas y con acciones que vayan enfocadas a las diferentes áreas de la vida social, la cultura, el arte, el deporte, la educación.
“Yo estuve en el Consejo de Seguridad Municipal, y hay rubros especiales a nivel federal, que ven la infraestructura, pavimentación de calles, alumbrado, con seguridad, que tienen que ir de la mano, como un combate a la delincuencia y prevención del delito. También veo con fe, con esperanza, que Acapulco puede resurgir de donde está. Se han descuidado casi todos los aspectos, todos los sectores, pero tiene que y puede, ser rescatado por un gobierno comprometido, pero con un buen equipo, no gobernar con ligereza, no anunciar planes y programas que no tengan sustento, que no tengan sostenibilidad, que no sean viables”.
-Pero definitivamente -se le comenta- se tendría que contar con el apoyo de la Federación.
-Forzosamente, y también un apoyo comprometido de quien gobierna el estado de Guerrero, porque Acapulco es parte del estado de Guerrero. Entonces es un territorio muy importante, y no se puede por cuestiones partidistas, gobernar con discriminación. Yo soy de la idea de que las instituciones se crean para servir a la sociedad, sin distingos de credo político o religioso, color de piel.
-¿Ahorita hay discriminación por el partido que gobierna en cada lugar?
-Las quejas de algunos presidentes municipales, son que no tienen el apoyo necesario. Yo veo cuando leo el periódico o escucho noticias y dicen que el presidente Enrique Peña Nieto quiere mucho a los guerrerenses. No se ha reflejado. Dicen que hechos son amores. Tenemos una enorme riqueza natural en Guerrero y un estado brutalmente empobrecido, tenemos minerales de gran valor económico y no se refleja en los pueblos, no se refleja en la sociedad.
-Cómo ve al gobierno de Evodio Velázquez?
-Como que le faltó planeación. Le ha faltado concretar muchos de sus programas, se comenta que no tiene el apoyo suficiente ni de la Federación ni del Ejecutivo estatal, no sé hasta qué punto sea cierto, el caso es que la sociedad no ha visto reflejado en acciones positivas el gobierno del actual presidente.
-¿Cree que pueda cambiar la situación brutal que comentaba al principio?
-El gobierno que está todavía tiene la oportunidad de hacer algo por Acapulco, y el que llegue, tendrá que sentar las bases para hacer algo mejor. Y si no se puede revertir drásticamente, sí se puede mejorar. Yo siento que debemos hacer en Acapulco un gran esfuerzo gobierno y sociedad. La gente quiere que el gobierno le haga todo, y tampoco es posible. Algo tan sencillo: el bando municipal dice que es obligación de los acapulqueños tener el frente de su casa limpio, y la gente dice: mira, el ayuntamiento tiene las calles sucias. Pero en el frente de nuestra casa estamos obligados nosotros. La obligación del ayuntamiento es el servicio de limpia, que pasen a recoger la basura. La gente dice: el gobierno no pone ni un foco en la calle. Mi calle está totalmente oscura, si yo apagara la luz del andador de mi casa, nadie baja, porque saben que los van a asaltar acá abajo. Si yo no dejara la luz de la puerta de la casa encendida, todo esto está oscuro completamente. Yo he invitado a mis vecinos a que prendan el foco de su casa, por seguridad nuestra. Y me dicen con tristeza: pagamos un impuesto, estamos pagando alumbrado, ¿por qué no nos cumplen?
“La sociedad tiene que apoyar a su gobierno y el gobierno tiene que apoyar a la sociedad. Ve los mercados que tenemos. Me decía una señora que vende flores en un mercado: yo quisiera que la autoridad nos pusiera límites, que vinieran y nos dijeran hasta aquí vas a estar, ah, pero si el vecino se sale, yo me salgo más. Ella me decía: la única que puede poner orden, es la autoridad”.
-Y en esta situación descompuesta, la autoridad parece haber renunciado a esa facultad de poner orden, no sé si sea por temor –se le comenta.
-Se fue descomponiendo paulatinamente la sociedad, el gobierno. Cuando el narco entró a las campañas políticas, se le abrió la puerta, ante esa situación empezó a descomponerse lo que llaman los romanos la cosa pública, la función pública. Empezó el Estado a apartarse de su responsabilidad de gobernar.
Para sacar adelante a Acapulco, insiste, “se requiere del concurso de la sociedad, de la mano con el gobierno, que haya un equipo de hombres y mujeres comprometidos, que la gente quiera verdaderamente organizarse, empoderarse. A la gente hay que responsabilizarla también, que se comprometa, que se hagan las contralorías sociales, que la gente se sienta parte, que a la gente se le dé la importancia, la responsabilidad, que se empodere. Dice una socióloga, Adela Cortinas: no basta ser ciudadanos, la ciudadanía hay que ejercerla”.
Román Ocampo es la propuesta de Morena para encabezar la coordinación de organización de ese partido en el municipio de Acapulco.