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ISAAC FLORES /

Acapulco, 25 de mayo de 2024. Abelina López ganó el debate por dos sencillos factores: acudió con valentía a un foro en el que sabía sería emboscada y fue la única que presentó propuestas y soluciones sin montarse en la figura de alguno de los participantes.

La intención de los adversarios siempre fue predecible: provocarla con señalamientos e insultos para hacerla reaccionar con ira.

A la gente que siguió el debate le quedó la idea de que la fortaleza de la morenista es tal que formándole un bloque pudieron tumbarla.

Parece que Abelina sí atendió los consejos de los asesores y se untó mucho aceite de coco, porque se le resbalaban las críticas y los señalamientos con los que con ansias buscaban sacarla de sus casillas.

La morenista eligió a Ramiro Solorio, colero en las preferencias, para mandar un mensaje al resto. Al ex diputado Solorio Almazán le recordó parte de su pasado y su forma de obtener cargos en la política.

A los demás los dejó hundirse en sus propias miserias con sus propuestas huecas y de salidas fáciles.

A Granda se le notaba errático, se le olvidaba constantemente el discurso que su cuarto de guerra le preparó y cuando improvisaba como acostumbra, se notaba el problema de conexión de sus propuestas, lo que es una característica de planteamientos con calado profundo. Es decir, sus frases hechas y clichés esta vez no le sirvieron y el público pudo darse cuenta de sus limitaciones intelectuales.

Yoshio hizo un planteamiento interesante. Quiso combinar los señalamientos acompañados de propuestas pero la inercia tediosa del ejercicio hacía que sus intervenciones se perdieran.

Aún así fue de los que mejor se vio a la hora de desdoblar los temas torales que agobian al puerto de Acapulco y sus posibles soluciones. En un debate de tres, seguramente hubiera lucido mucho más su estrategia.

Si Abelina ganó el debate podemos decir que Yoshio no lo perdió.

Cuando uno de los aspirantes gritó ¡muera Abelina! fue el sello del triunfo de la morenista porque la violencia es el último recurso de los que se sienten ya perdidos.

Gracias a una estrategia fallida de golpeteo que solo la posicionó como víctima, Abelina López llega a la recta final de la campaña fortalecida porque de voz de los opositores los ciudadanos confirmaron que ella es la rival a vencer y va adelante en las simpatías.

Los opositores perdieron la oportunidad de oro de mostrar a detalle sus propuestas al electorado más informado, politizado y volátil de todo el estado de Guerrero. Le apostaron, hasta el cansancio, al golpeteo olvidando que en política no siempre cuando golpeas dañas, hay veces que ayudas al adversario como parece que ocurrió en este debate.

PD. La trasmisión del evento pésima, su imagen se paralizaba y el audio estuvo viciado la mayor parte del tiempo. Eso le restó atractivo al ejercicio porque quienes siguieron la transmisión fue lo que más criticaron, cuando la atención deben tenerla únicamente los candidatos. El papel de los moderadores no tuvo mayor problema salvo las innumerables veces que estuvieron disculpándose por las fallas. Les faltó también ser más firmes con los candidatos porque a nada estuvo de salirse de control el ejercicio.

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