* Desde hace más de 30 años se dedica al estudio e investigación básica de las proteínas del veneno del alacrán
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Ciudad de México, 27 de noviembre de 2017. El laboratorio del doctor Lourival Domingos Possani Postay, investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM, es un referente internacional en el tema de venenos de alacranes y sus posibles aplicaciones, motivo por el que ha sido reconocido con diversos galardones. A éstos ahora se suma el Premio Heberto Castillo de la Ciudad de México 2017. Por una Ciudad Con Ciencia, otorgado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Seciti).
Desde hace más de 30 años el prestigiado científico se dedica al estudio e investigación básica de los péptidos y las proteínas de los alacranes, cuyos resultados lo han incursionado en áreas tecnológicas y de innovación. Además, tiene colaboraciones con científicos de unos 17 países que van al Instituto de Biotecnología a hacer sus estudios.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores cursó la licenciatura en Historia Natural en la Universidad Federal de Río Grande del Sur de Porto Alegre, Brasil. En 1970, obtuvo el doctorado en Biofísica Molecular en la Universidad de París, Francia. Sus estudios posdoctorales los realizó en la Universidad Rockefeller, de Nueva York, Estados Unidos.
De acuerdo con el doctor Possani Postay las razones que lo han motivado en esta área son la importancia médica y el interés científico. En el primer caso, por el alto número de personas que sufren picaduras de alacranes en México. Y el segundo porque durante los 450 millones de la historia evolutiva de estos arácnidos han tenido tiempo para desarrollar y perfeccionar moléculas muy pequeñas que reconocen receptores específicos y blancos importantes en las áreas relacionadas con la comunicación celular.
En este sentido, uno de sus trabajos más relevantes es un antiveneno, basado en un banco de inmunoglobulinas humanas (agentes de inmunización), lo que prevé la substitución de los antivenenos de caballo por los de origen humano, producidos con Ingeniería Genética, desarrollo que realizó con su colega Baltazar Becerril, y ya fue patentado.
Tales estudios le han permitido encontrar otras posibles aplicaciones, pues recientemente se aislaron y patentaron componentes que funcionan como antibióticos, antiparásitos, inmunomoduladores y antibióticos. En total, cuenta con 90 patentes registradas, de las cuales 52 ya fueron aprobadas a nivel internacional.