* Resalta que Astudillo fue el primer gobernador en poner este tema en el debate nacional
REDACCIÓN /
Ciudad de México, 09 de octubre de 2018. El senador por Guerrero, Manuel Añorve Baños, presentó la iniciativa de la legalización de la amapola con fines medicinales, destacó que de acuerdo con el reporte de monitoreo de siembra de amapola en México realizado por la ONU en 2016, la siembra de amapola en el país se concentra en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Durango, Guerrero, Nayarit, Jalisco, Michoacán y Oaxaca.
Añorve Baños informó que el gobierno de Guerrero, encabezado por Héctor Astudillo, ha impulsado también el cambio en la política respecto de la amapola, siendo incluso el primer mandatario estatal en manifestarse a favor de legalizar el cultivo de esta planta, poniendo el tema en el debate nacional.
“Hoy tenemos la oportunidad de darle vuelta a esta situación, hoy podemos convertir una situación penosa para muchos campesinos en una oportunidad de desarrollo económico para esas comunidades, tan sólo en mi Estado, Guerrero, unas 120 mil personas siembran y cosechan amapola, en su mayoría, son campesinos de comunidades pobres y aisladas”, detalló el senador priista.
Afirmó que no se puede seguir esperando resultados distintos, si no se aplican soluciones distintas, por eso, con esta iniciativa, se busca impulsar el desarrollo de medicamentos derivados de la amapola, para cubrir con la demanda nacional de este tipo de paliativos, al mismo tiempo que se busca proteger a los campesinos y productores agrícolas que, actualmente, tienen en el cultivo de la amapola su sustento y su estilo de vida, puntualizó el Senador.
Detalló que la misma ONU estima que en México hay más de 28 mil hectáreas de tierra cultivable dedicadas a la amapola, lo que significa que nuestro país tiene la tercera área geográfica más grande del mundo, dedicada al cultivo ilícito de opio, después de Afganistán y Myanmar.
Manuel Añorve, enfatizó que los medicamentos derivados de los opioides, enfocados especialmente a tratamientos paliativos para pacientes terminales, están fuertemente restringidos y con un desabasto alarmante.