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Ciudad de México, 26 de agosto de 2022. Se trata de una historia social y cultural que examina la década de 1910 desde el momento que un grupo de campesinos morelenses se rebela en contra de unos hacendados por haberlos despojado de tierras y aguas.
“Es el primer libro que analiza la cotidianidad de los zapatistas a profundidad, explorando aspectos de la existencia humana que han sido ignorados”, señala el historiador y profesor investigador de la Universidad de Texas, Samuel Brunk sobre La vida cotidiana entre los zapatistas 1910-1920, escrito por Alejandro Rodríguez Mayoral.
Este libro “es uno que he querido leer desde aquel día, ya hace más de tres décadas, en que comencé a explorar los archivos del zapatismo. Mucho se ha escrito previamente, por supuesto, acerca de Emiliano Zapata y de quienes lo siguieron, pero la mayor parte de ese trabajo -incluido el mío- se ha centrado en el lugar del movimiento dentro de la Revolución mexicana: sus repercusiones militares, políticas e ideológicas, así como su legado y su valor dentro del enorme panorama de la historia mexicana. Las contribuciones del zapatismo lo justifican ciertamente”, señala Brunk en el prefacio de la obra coeditada por Ediciones del Lirio y la Universidad Autónoma Metropolitana.
Integrada por un aparato cronológico, siete capítulos titulados “Una rebelión expansiva que transformó el entorno”, “La miseria que engendró bandidos, hambrientos y andrajosos”, “Adelitas y otra mujeres tanto pacíficas como desamparadas”, “Género, sexualidad y amores desenfrenados”, “Las sorprendentes vidas de niños y jóvenes”, “Las diversiones y el uso del tiempo libre”, “La vida en la guerra” que de manera individual cuentan con ilustraciones, fotografías y conclusiones; más una larga lista de fuentes de consulta y apéndice, la obra ofrece “las experiencias que los zapatistas -y de los pacíficos que vivieron entre ellos-, durante algunos de los años más difíciles de la vida nacional de México.
Es así como a partir de la exhaustiva consulta de fuentes primarias, como son los testimonios de los zapatistas y los campesinos, así como de villistas, maderistas, huertistas, carrancistas, extranjeros y personas en general, el autor ofrece una visión más completa de la vida pública y privada de los zapatistas.
Para ilustrar aspectos del contenido el autor recurrió a los archivos de Sagarpa, a secciones de periódicos como son Siglo XX, El Ahuizote, El Sol, El Monitor, El Demócrata, El imparcial y El Independiente. Asimismo, incluye fotografías del archivo Casasola, que resguarda el Instituto Nacional de Antropología e Historia y otras de colecciones que forman parte del Archivo General de la Nación y del Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En las imágenes que acompañan los diversos capítulos, se aprecian documentos históricos como son la Carta General del Estado de Morelos, 1910; Carta Geográfica del Estado de México, 1910 y Cartografía del Distrito Federal, 1922, así como fotografías de fragmentos de periódicos que daban cuenta de los acontecimientos relacionados con el movimiento, en las que se ven grupos de guerrilleros en campamento o durante recorridos acompañados de mujeres que iban a pie cargando canastas con alimentos, a guerrilleras posando en la foto con sus hijos, un refugio establecido en el monte en la que se distinguen muchas niñas y niños, e incluso imágenes de familias de la época ya sea disfrutando de un tumultuoso día de campo o posando para la foto familiar.
Sin duda Alejandro Rodríguez Mayoral ofrece en La vida cotidiana entre los zapatistas 1910-1920 la posibilidad recrear, a través de la lectura, una época de gran interés para los mexicanos y para aquellas personas amantes del saber y de los hechos sociales y políticos.