* Familiares de desaparecidos de la guerra sucia reclaman en la CEAV
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 26 de noviembre de 2019. Marco Antonio Vázquez Ramos, dice, se ha quitado un poco el miedo. Por eso reclama la verdad sobre lo que pasó con su madre, su abuelo, padre de su madre, y sus cuatro hermanos, desaparecidos por el Ejército en 1974, durante la llamada guerra sucia.
“Queremos saber dónde están, qué hicieron con ellos. No importa que digan que ya no están, que ya los mataron, queremos saber qué es lo que pasó”, reclama.
Junto a él, Octaviano Gervasio Serrano, explica: “Es sencillo, haz de cuenta que si a usted le desaparecieron a un hijo o a su papá, quiere que se haga justicia, saber dónde está la persona, tener conocimiento de la verdad de los hechos, tiene que saber dónde está su hijo, qué hicieron con él, que se haga justicia”.
“Aquí -dice- hay un culpable bien identificado que se llama Ejército mexicano, es decir, el Estado mexicano en su conjunto, y este delito desaparición forzada es un delito permanente y continuo, imprescriptible, siempre tiene vigencia, nunca prescribe, no tiene caducidad”.
Son habitantes de San Juan de las Flores, en Atoyac, y familiares de personas que fueron desaparecidas por el Ejército y la Policía Judicial en los tiempos de la guerra sucia, cuando el Estado mexicano inició un ataque frontal contra la guerrilla de Lucio Cabañas y los pueblos que le dieron cobijo.
Fueron tiempos en que la represión estuvo desatada, inclusive, después de que Lucio Cabañas había muerto, la persecución seguía, relatan.
Dice Vázquez Ramos: “Incluso antes a nosotros nos daba vergüenza decir que éramos Cabañas, que la gente se diera cuenta de que nosotros éramos familia de guerrilleros, y teníamos miedo, teníamos el temor fundado todo el tiempo. Hasta ahorita que ya hemos agarrado valor y se nos quitó ya el miedo un poquito, porque antes nos perseguían, por eso ahora estamos protestando y estamos pidiendo justicia”.
Con un grupo del Colectivo de Familiares de Desaparecidos de la Guerra Sucia de Atoyac de Álvarez, protagonizaron una protesta contra el personal de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas “por el trato déspota y grosero que nos dan”, según refirió Gervasio Serrano.
Adolfo Cabañas Serafín, por su parte, refirió que su padre Humberto Cabañas Alvarado, fue desaparecido en la ciudad de México el 19 de noviembre de 1976, en la colonia Olivar del Conde, cuando estaba acompañado de una hermana y un tío, ambos ahora fallecidos, y desde entonces no se volvió a saber de él.
“Por eso nosotros pedimos justicia. O saber, o creer que ahorita que el nuevo gobierno es la única oportunidad que tenemos de saber dónde quedaron nuestros seres queridos. Hay confianza con AMLO de que nos dé una pista; quedó mi mamá con ocho hijos”, relata.
El grupo acudió al Centro Integral de la CEAV, en Costa Azul, a protestar porque, según refirieron, han recibido permanentemente un trato despótico del que ya están cansados pues la CEAV fue creada para apoyarlos, no para tratarlos mal.
Gervasio Serrano aseguró que el personal que está en esa oficina es un remanente del viejo régimen del PRI-Gobierno, y por eso los tratan de esa manera.
“Tuvimos -dijo- una plática con la responsable del Centro de Atención Integral, Elsa Villanueva, y le hicimos saber nuestras inconformidades para que las haga saber a nivel central, de que, si no cambian de actitud, estaremos tomando las instalaciones, porque es el mismo patrón, todos están en la misma actitud, grosera, nos trata de manera humillante. Es una institución para respetar los derechos humanos, pero es al revés, nos maltratan”.