Reflexiones sobre la seguridad social en Acapulco
MARCO A. PAZ PALACIOS /
Acapulco, 19 de diciembre de 2024. De todos los derechos de los trabajadores, el que más se regatea es la seguridad social, a pesar de estar consagrado en la Constitución en el artículo 123, que dice que toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y la reforma al artículo 1 de junio del 2011 que incluye a la seguridad social como un derecho humano. A pesar de que desde 1943 contamos con el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) y desde 1959 con el ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado) para otorgar el derecho a los trabajadores del Estado, los patrones siguen regateando y buscando mil y un maneras de evadir el cumplimiento del derecho a la seguridad social de los trabajadores.
Si de patrones se trata y de evadir la seguridad social, el municipio de Acapulco, con CAPAMA (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco) a la cabeza, es el peor. En dicha dependencia existen tres tipos de trabajadores: los de base, afiliados al SUSPEG (Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero), con todos los derechos; los de contrato, y los eventuales. Ellos son engañados con solo un convenio con el IMSS para otorgar servicio médico limitado, y los mismos trabajadores lo pagan vía descuento por nómina.
Les recuerdo que la seguridad social no es solo tener servicio médico, sino un conjunto de rubros como cotizar para una futura jubilación, tener ahorro para el retiro por medio de Afore, incapacidades, pensión por vejez o cesantía por edad avanzada, guardería, pensión por viudez, entre otras cosas. De lo más grave es que, en el organismo operador de aguas, hay trabajadores con 25 y hasta 30 años de servicio que nunca han cotizado y hoy, al ser viejos y enfermos, no tienen posibilidad de pensionarse y se convierten en una carga para el organismo al entrar en la nómina de “considerados”, como ellos la llaman. No los pueden despedir por estar incapacitados, no los pueden jubilar pues nunca cotizaron, además de que sería injusto e inmoral que, después de haber dado la vida por la CAPAMA, hoy solo les den una patada en el trasero.
Hoy, un grupo de trabajadores afiliados a un pequeño pero combativo sindicato independiente, desesperados por la situación, han contratado seguridad social en el IMSS bajo la modalidad 10. A pesar de que al organismo operador de aguas no le cuesta un peso, no los quieren sacar del convenio con el IMSS, lo que les provoca doble tributación.
Todo trabajador, ya sea del sector público o de la iniciativa privada, tiene derecho a la seguridad social, y los derechos son irrenunciables. Es inadmisible que un gobierno de la 4T tenga a sus trabajadores sin acceso al derecho de la seguridad social. Ojalá quien dirige los destinos de CAPAMA no caiga en la inercia y legado neoliberal de negar derechos a los trabajadores y pronto todos los trabajadores de CAPAMA cuenten con la seguridad social.