Compartir

 

MANUEL NAVA    /

 

Las crisis político sociales de Guerrero están asociadas a las que se han sufrido en el agro. Al inicio de la década de los 90, se difundió que el sector agroalimentario sería uno de los grandes beneficiarios, siempre que efectuaran las modernizaciones adecuadas. Una de ellas fueron las formas de propiedad de la tierra y la posibilidad de que los campesinos pudieran enajenar sus parcelas.

Para esta entidad suriana se abrió la posibilidad de impulsar la agroindustria y por fin darle diversidad a la economía estatal, los productos del capo guerrerense tendrían valor agregado y aquí, en el territorio estatal.

Se promovió la creación de parques industriales, dos en Acapulco, dos en la región de la costa grande, uno en la región centro y finalmente todo quedó en buenas intenciones, negocios inconclusos.

El agro es uno de los sectores clave en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por los empleos que genera y porque sus productos son de consumo básico entre los ciudadanos.

El campo mexicano y sus productos han venido creciendo a un nivel de más del 6 por ciento anual en los últimos años, eso significa que es un área y un sector estratégico para el país.

Por lo mismo, en la renegociación del acuerdo comercial que se inicia, México necesita negociar con ‘pinzas’ el tema agroalimentario, una industria clave para el comercio bilateral.

Entre los puntos que deben mantenerse está la estrategia de diversificación de mercados ante la posibilidad de que disminuya el comercio con Estados Unidos a raíz de la renegociación.

La revisión de TCLAN fue una de las promesas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo durante su campaña presidencial. El republicano se comprometió a disminuir el déficit de la balanza comercial, que el año pasado fue de 63 mil millones de dólares con México y 11 mil millones de dólares con Canadá, según cifras oficiales.

Los productos del agro mexicano tienen una fuerte presencia en Estados Unidos. En los últimos 20 años, el consumo de aguacate en territorio estadounidense se incrementó 550 puntos porcentuales y el 70 por ciento de la exportación nacional de jitomate va hacia la Unión Americana.

Trump criticó el impacto que el TCLAN tiene en la manufactura y el empleo estadounidenses, lo que despierta la preocupación de los productores agrícolas mexicanos, quienes envían gran parte de sus producciones a Estados Unidos.

El maíz, los salarios mínimos y un libre comercio en igualdad de condiciones son los temas a vigilar.

México debe ser muy cuidadoso en el capítulo 11 de protección a la inversión extranjera y también en el tema agrícola, en el que Estados Unidos aplica una política de subsidios a sus productores que tiene fuertes repercusiones para los mexicanos.

Compartir:

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here