* Demandan que la búsqueda en desapariciones, comience inmediatamente y no a las 72 horas
VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN /
Acapulco, 2 de noviembre de 2018. Dirigentes del colectivo de organizaciones feministas que marcharon por la Costera para exigir justicia para las 202 asesinadas en Guerrero, denunciaron que de esa cifra, 164 ocurrieron en Acapulco y que “son las mujeres más pobres las que corren mayores peligros en las calles sin alumbrado ni seguridad, y en el transporte público”.
Exigieron, ante el impreciso y cada vez mayor número de desaparecidas, que se eche a andar la alerta Ámber para que las autoridades inicien la búsqueda dentro de las primeras 24 horas, y no después de 72, como ha sido hasta ahora, y reclamaron que la alerta de violencia de género sea implementada con acciones reales, “y que se sancionen y separen de sus cargos a las y los funcionarios que en lugar de impartir justicia la han obstaculizado a través de dilatación de sus tareas y omisiones graves”.
Caracterizadas como Catrinas, cargando cruces con los nombres de las muertas y fotografías de algunas de las desaparecidas, desfilaron por la principal vía turística coreando consignas que atañen a sus acusaciones y denuncias: “¡Jueces y fiscales también son los culpables!”, “¡No fue un crimen pasional fue un macho patriarcal!”, “¡Denuncia archivada, mujer asesinada!”.
Las voces que salieron de la colorida marcha también cuestionaron:
-¿Qué necesitamos?
-¡Memoria!
-¿Qué nos hace falta?
-¡Verdad!
-¿Qué exigimos?
–¡Justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!
Al llegar a la Diana, la Red Estatal de Colectivos feministas colocó a manera de ofrenda, cruces, flores y velas en la base del monumento; la cruz más grande, pintada de color de rosa, en conmemoración de las muertas y fotografías de las desaparecidas, cuyos familiares participaron en la marcha de denuncia y de protesta.
Ahí, hicieron un pronunciamiento:
Escogieron ese día simbólico para exhortar al presidente Enrique Peña Nieto; al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador; al gobernador Héctor Astudillo Flores; al Fiscal General de Guerrero, Jorge Zuriel De los Santos Barrila ya a la alcaldesa Adela Román Ocampo, a realizar “acciones coordinadas, específicas y concretas contra estas violencias”.
“No son cifras, son mujeres, personas, seres humanas a quienes se les ha arrebatado la vida y sus derechos fundamentales; el derecho a la seguridad, a la integridad, a la salud, a la dignidad, a la justicia y a la vida”, recalcaron.
“Son mujeres a las que se les ha truncado su proyecto de vida, víctimas de la violencia sistemática hegemónica patriarcal, víctimas de la violencia más extrema, la violencia feminicida. Son mujeres estudiantes, empleadas, comerciantes, profesionistas, o que se dedican al hogar, son mujeres que han sido arrancadas de sus familias”, y “hoy todas nosotras venimos a hablar por ellas que han sido calladas”, advirtieron.
Denunciaron que perciben un gobierno omiso y sin un compromiso real para con las mujeres que conforman la mitad de la población, “sin políticas públicas, sensibles diseñadas con perspectiva de género, ni claras; sin garantías de protección por parte del Estado, con una alerta de género desatendida e inorgánica y sin protocolos reales que nos garanticen el derecho más elemental: la vida”.
Y profundizaron la denuncia: “Por el contrario encontramos en las autoridades responsables de proteger a más del 50 por ciento de la población, revictimización, burla, irresponsabilidad e incapacidad”.
Manifestaron su miedo para ir a la escuela o salir al trabajo; miedo de ir a caminar por las calles, de hacer uso de su derecho de esparcimiento; y lamentaron: “pero también tenemos miedo de estar en nuestras casas porque incluso ahí nos matan. Hoy estamos secuestradas en nuestra propia ciudad y nadie hace nada, nuestros derechos humanos son una utopía, nos están matando, nos están desapareciendo de todos los lugares a cualquier hora del día”.
En medio del ruido de las cláxones por choferes molestos por la obstrucción del tráfico, las voces de esas mujeres disfrazadas de Catrinas manifestaron su solidaridad para con los familiares de las mujeres víctimas de feminicidio, y exigieron que el gobierno los atienda, que atiendan a sus hijos e hijas “que han quedado en situación de vulnerabilidad en un entorno violento y peligroso”.
Y remataron con una frase contundente en medio de gritos por el reclamo de justicia: “¡Ni una mujer más, violada, desaparecida o asesinada! Que nuestro puerto de Acapulco sea un lugar en donde podamos caminar seguras, en donde ser mujer no signifique estar en peligro”.
Entrevistada en medio del contingente, la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Laura Gómez Flores, declaró que ella participaba ahí en representación de la presidenta municipal, Adela Román Ocampo y que hacía suyas esas demandas.