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* Es insuficiente la ayuda en San Marcos   /

SANTIAGO HERRERA   /

 

Foto: Santiago Herrera.

San Marcos, 15 de septiembre de 2017. La carretera hacía Tecomate es un desastre, árboles arrancados desde la raíz por los vientos y que fueron a dar a la carretera, la cual, en un punto quedó a nada de partirse, a los costados, las parcelas de maíz quedaron aplastadas, se perdió toda la cosecha, ahora los campesinos solo se dedican a cortar con su machete los árboles caídos sobre la milpa.

El huracán categoría uno, Max, pegó de lleno este jueves luego de que pasara frente a las costas del puerto de Acapulco, en donde las afectaciones de mayor consideración fueron en la zona de Barra Vieja y la colonia Alfredo Bonfil.

Para llegar al pueblo de Tecomate no hay transporte, solo entra el Ejército y la policía Estatal. Tuvimos que pagar un taxi especial para que nos llevara hasta el lugar.

Tecomate se encuentra a 25 minutos de su cabecera municipal, San Marcos, al llegar, nos recibe un letrero discreto y triste a un costado, que dice: “Tecomate Pesquería”. La pesca es la principal actividad económica del lugar, para estas horas, los pobladores saben que el mal tiempo y el desbordamiento ha matado a todos los peces.

Foto Santiago Herrera.

Al avanzar unos metros por la carretera principal nos encontramos con el cuerpo de agua que llegó a las calles, son alrededor de las 5:30 de la tarde, en el corredor de una casa se encuentran tres personas, nos preguntan si somos reporteros, afirmamos con la cabeza y se ofrecen a llevarnos en una panga para recorrer las calles inundadas.

A la distancia se observan unos niños que nadan entre las calles, desde las azoteas los observan los vecinos, seguimos avanzando entre las calles y observamos que el medio de transporte aquí es la panga, pues se han convertido en una especie de taxis acuáticos.

Zeferino Jiménez Cuevas se encontraba arriba de una panga afuera de su casa, fumaba mientras su mirada se clavaba entre las calles inundadas, perdió su cabaña en donde vendía alimentos a los que visitaban la laguna.

“Nos pegó duro, no nos había pasado anteriormente, los techos de todas las casas de la comunidad prácticamente están voladas, las palmas cayeron encima de las casas, las lanchas los motores se mojaron, los negocios de las cabañas cayeron”, dice.

Seguimos avanzando y decidimos bajarnos del transporte, nos adentramos más en las calles, pocas familias son las que se han quedado, señala la gente, los demás, al perder todo, decidieron irse a los albergues, otros, fueron sacados por la Marina y el Ejército.

El pueblo se hundió el jueves por la mañana. Después de seis horas de lluvia, los niveles de la laguna no resistieron y comenzó a desbordarse, alcanzando el metro y medio de altura; desde entonces, la ayuda solo va dos veces por día a dejarles comida, no hay médicos ni energía eléctrica.

Jesús Aparicio Rumualdo es el guía en el recorrido, viste un short hasta la rodilla, una playera color blanca, una gorra ceñida hasta las cejas y descalzo, nos cuenta que la mayoría de la gente perdió todo, con rostro desencajado dice que la laguna quedó sin peces y que de eso viven.

Son ya las 7 de la noche, el sol  está por irse, en casi dos horas no llegó nadie más a repartir víveres o brindar ayuda, toda la gente espera la noche afuera de sus casas, el único sonido en el Tecomate a estas horas, es el del agua golpeteando las paredes de las casas.

En la carretera principal, dos patrullas de la policía estatal llegan para verificar si no hay más personas que quieran pasar la noche en algún albergue; solo una familia decide irse.

Arriba de la patrulla está con sus tres hijos pequeños, Claudia Ramírez, quien deja la mirada fija en las calles inundadas y se le llenan los ojos de agua.

“Perdimos todo, tele, cama, todo, ayer fue la tormenta muy fuerte y despedazó la lámina, mi cocina toda la tumbó, el otro pedazo que está en el corredor toda se la llevó, laminas, todo”, dijo, sin despegar los ojos de entre las calles.

Durante el recorrido realizado por La Plaza, los habitantes de Tecomate denunciaron que hasta el momento siguen sin energía eléctrica, así como también, señalan que hasta la fecha siguen sin ser atendidos completamente, pues solo les llevan algo de comida una o dos veces al día, mientras que las autoridades municipales no han acudido.

 

Insuficiente personal que realiza labores de ayuda en San Marcos

 

Luego del paso del huracán Max por el municipio de San Marcos, el cual dejó inundaciones y daños considerables en algunas casas del municipio, muchas de ellas, reportadas como pérdida total, hasta el momento no se tienen los datos exactos de cuantas personas resultaron afectadas, así como también, se constató que son insuficientes los elementos del Ejércitos y Policía Estatal, los cuales son los únicos que realizan labores de ayuda.

En recorrido realizado por La Plaza, se constató que una de las zonas más afectadas fue la colonia Zapata, en donde el nivel del agua llegó a alcanzar los dos metros de alto, en algunas casas que se ubican en los linderos del río.

Los vecinos de dicha colonia señalan que fue la madrugada del jueves cuando personal del Ejército comenzó a evacuarlos, relatan que con la amenaza del desbordamiento del río no les dio tiempo de sacar objetos de valor, ni sus documentos.

Indican que pasaron la noche en albergues provisionales, y que fue hasta este viernes cuando lograron regresar a sus casas para comprobar que tras el desbordamiento del río y la fuerza de la corriente, la mayoría de sus pertenencias fueron arrastradas.

Las quejas de la mayoría de los afectados, señalan a que hasta el momento, ninguna autoridad ha ido a verlos, a pesar de que han solicitado ayuda para limpiar sus casas y calles, e indican que tanto el presidente municipal como personal de Protección Civil no ha ingresado a las partes más afectadas.

Durante el recorrido realizado por la colonia Zapata, se constató que las labores de limpieza eran realizadas por el Ejército a través del Plan DNIII, así como por la Policía Estatal, apoyados por los vecinos del lugar.

Foto Santiago Herrera.

Uno de los afectados fue Fernando Cortes Carmona, quien señaló que su negocio “fue pérdida total y nadie ha venido a vernos”, por su parte, Irma Ortiz, de la colonia Zapata, indicó en entrevista y con voz entrecortada, que había perdido todas sus pertenencias; “al principio -dijo- no nos dábamos cuenta que era muy grave, si nos hubieran avisado, hubiésemos hecho maletas y nos hubiéramos salido, no hemos tenido ayuda de nadie hasta el momento”.

La situación en las zonas afectadas es crítica, los elementos del Ejército y de la Policía Estatal son los únicos que prestan atención a los afectados, pero que por el tamaño de los desastres son insuficientes, pues hay casas que quedaron enterradas en el lodo y familias a las que no les ha llegado la ayuda, mientras que algunas se niegan a abandonar sus casas para ir a un albergue.

Durante el recorrido, un hecho que llamó la atención, fue que una camioneta particular color blanco, con cuatro tripulantes, se encontraba realizando recorridos por las zonas más afectadas, mientras  que se paraba afuera de las casas y repartía paquetes de galletas, agua embotellada y tortas.

De los albergues visitados por La Plaza, uno fue ubicado en la secundaria Defensores de la Patria, en donde se constató que a pesar de que hay personal médico, no cuentan con los vehículos para trasladar de emergencia a algún herido, pues en el momento en el que se realizaba un recorrido por el lugar, una persona de la tercera edad se desmayó golpeándose la cabeza y ante la ausencia de ambulancia, fue trasladado en un auto particular.

En un sondeo realizado en el albergue, se  supo que una de las comunidades más afectadas fue Medanitos Perro de Agua, en donde la creciente del río desapareció por completo alrededor de 15 casas.

Fernando García, quien dijo ser campesino y que se encontraba con su familia en el albergue temporal, indicó que “da tristeza, mi casa vi como se la llevó la corriente, era de lámina, nos habían regalado la lámina, no nos quedó nada, no tenemos ropa ni para cambiarnos”.

En datos recogidos por este medio, hasta este viernes se tenían registradas 306 personas que habían acudido al albergue a comer, mientras que de esas 306, solo 87 se quedaron en el albergue a dormir.

Foto Santiago Herrera.

Mientras que el Instituto Guerrerense de la Infraestructura Física Educativa (IGIFE), indicó que hasta el momento habían realizado labores de inspección en 10 escuelas del municipio, de las cuales cinco presentaban daños considerables, mientras que en los municipios de Florencio Villareal, Cruz Grande y Cuautepec, apenas estaban realizando el registro de los daños.

Por otra parte, la persona que fue reportada desaparecida en días pasados tras el paso del huracán fue encontrada sin vida luego de dos días, por lo que se cancelaron las labores  de búsqueda.

En las zonas más afectadas el servicio de energía eléctrica aun no era restablecido, al igual que en los poblados aledaños.

Hasta el cierre de la nota, las  familias afectadas, seguían a la espera de ayuda para retirar de sus casas el lodo y los escombros que arrastraron las lluvias, pues la cantidad de elementos del Ejército que aplican el Plan DNIII resulta insuficiente.

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