* Lo único que queremos es que nuestros hijos estudien, que no anden de vagos, dicen
HERCILIA CASTRO /
Zihuatanejo, 5 de junio de 2017. Padres de familia que mantienen cerrada desde la semana pasada la secundaria Eva Sámano por la falta de 12 maestros y los pagos de quienes cubren horas, marcharon hasta las oficinas de Finanzas donde estuvieron unas dos horas, siempre, vigilados por policías estatales armados.
Los más de mil padres de familia, acompañados por sus hijos que vestían uniforme, colocaron mantas y pancartas exigiendo solución a sus demandas, sobre todo, tener docentes para las asignaturas que faltan por calificar.
Y es que, de no tener calificación, los mil 200 alumnos de los turnos vespertino y matutino, no tendrán el certificado por no haber calificaciones en el sistema educativo, la nueva modalidad de la reforma educativa.
Al respecto, Isaí Cabrera, padre de familia, criticó que cada vez que el gobierno lo necesita “viene por el voto, y cada que se acerca una elección, bueno, pues que regrese eso al pueblo (el voto)”.
“No es nada del otro mundo, es algo justo, que necesitamos que nuestros hijos estén estudiando, que queremos que nuestros hijos se preparen, no queremos que estén en la calle delinquiendo. Queremos que sean gente de bien”, dijo.
“Por lo tanto, pueblo únete a este movimiento, porque es algo justo”, dijo.
El padre de familia abogó por los maestros diciendo que solo piden que puedan dar clases, y que se cumpla con la reforma educativa.
“Dice que es lo mejor para México, pero llevamos dos años, dos años con esa reforma y no vemos mejoras, y no tenemos maestros en esas asignaturas -arte, ciencias y matemáticas- por lo tanto, exigimos al gobierno que cumplan, que paguen esas horas a los maestros que han estado cubriendo las horas de buena voluntad”, reclamó.
Dos horas después, los manifestantes emprendieron su marcha nuevamente hacia la secundaria Eva Sámano de López Mateos.
Junto con los padres, iban sus hijos, también, marchando porque se solucione su estado y no queden sin certificado para poder ingresar a la preparatoria o Cobach.
Atrás de ellos, a paso lento, iban los policías estatales, tomando fotos y vídeos.
